Arriba, cartel de Infinite Summer (2024) de Miguel Llansó y dibujo que recrea una de las escenas del film con, de izqda. a dcha., Sissi Nylia Benita, Teele Kaljuvee-O'Brock (protagonista de la película) y Johanna Rosin
Al final del documental Iván Z (2004) de Andrés Duque, el director donostiarra Iván Zulueta afirmaba que: "Ocuparse es un coñazo". Era la última frase del film y venía a ser el colofón perfecto al retrato de un realizador que en Arrebato (1979) venía a mostrar la expresión máxima del "complejo de Peter Pan" al hacer que los dos personajes protagonistas de la película (Eusebio Poncela y Will More) decidiesen quedar cristalizados para siempre en una especie de "universo cinematográfico" en el que la juventud eterna fuese posible. Con Arrebato, podría hacer una magnifica y absolutamente coherente "sesión doble" el último film de Miguel Llansó, Infinite Summer (2024), que, de una manera original, peculiar y absolutamente imprevisible, también propone la cuestión del paso de la juventud a la edad adulta y todo lo que ello implica en términos de empezar a tener que "ocuparse" del futuro, del destino y de una serie de obligaciones que no siempre son fáciles de asumir y con las que no es nada sencillo identificarse. Miguel Llansó, tras haber realizado sus anteriores films, o, como mínimo, la parte principal de las tramas argumentales de todos ellos, en Etiopía –el cortometraje Chigger Ale (2013) y los largos Crumbs (2015) y Jesus Shows You the Way to the Highway (2019)–, ahora realiza su nueva película en Estonia, suponiendo ello un significativo cambio en la factura visual y en el clima narrativo de la película pero conservando los rasgos esenciales de su cine, con esa mezcla tan personal de elementos dispares y anacrónicos entre sí, combinación de humor surrealista con una mirada sutilmente crítica hacia la realidad y la exploración de un territorio indefinido situado entre la fantasía, la ciencia-ficción, la sátira y la fábula alegórica. Al igual que sucedía con sus dos anteriores películas, Miguel Llansó, en Infinite Summer, a partir de una historia aparentemente inscrita dentro del ámbito de cine de género, logra hacer un retrato lucido y preciso de estados emocionales relevantes y de las características esenciales del espíritu de época.
Reseña de Jesus Shows You the Way to the Highway
Entrevista a Miguel Llansó con motivo del estreno de Jesus Shows You to the Highway
En el dibujo superior, recreación de una de las escenas de Infinite Summer, con, de izqda. a dcha., Johanna Rosin, Hannah Gross y Teele-Kaljuvee O'Brock, que interpretan a un trío de amigas que acabarán viviendo un experiencia que cambiará para siempre sus vidas
Infinite Summer comienza de una forma que nos empieza a recordar una película de terror clásica. La joven protagonista del film (Teele-Kaljuvee O'Brock), que está en el momento de tener que decidir qué carrera universitaria va a realizar (o no), se va de vacaciones con dos de sus amigas (Johanna Rosin y Hannah Gross) a una cabaña junto a un lago –algo que puede remitir perfectamente a La última casa a la izquierda (1972) de Wes Craven, Viernes 13 (1980) de Sean S. Cunningham, Posesión infernal (1981) y Terroríficamente muertos (1987) de Sam Raimi o, claro está, La cabaña en el bosque (2011) de Drew Goddard–. Todo va marchando posiblemente de manera menos intensa y algo más aburrida a como todas ellas imaginaron que iba a ser su estancia en ese bucólico lugar hasta que, de repente, irrumpe un estrafalario y extravagante personaje, el Dr. Mindfulnes (Ciaron Davies), que provocará un espectacular e inesperado giro en la historia. Si, hasta ese momento, la película había transitado por el territorio conocido y familiar que hemos expuesto al principio del párrafo, a partir de ahí es cuando los clichés empiezan a venirse abajo y el argumento se va trasladando a terrenos tan sorprendentes como inesperados, a los terrenos que constituyen el centro y corazón de la trama: el poderoso atractivo que ejercen los mundos virtuales alimentado por el desencanto y la decepción hacia la realidad. Para redondear el elenco de personajes, no podemos dejar de mencionar al padre (Ivo Uukkivi) y a la abuela de la protagonista (Anne Paluver) –un padre rockero y heterodoxo y una abuela que es una abuela perfectamente ortodoxa con todas sus consecuencias e implicaciones– y a una peculiarísima pareja de detectives (Katariina Unt y Steve Vanoni) cuya eficacia la pondrá en duda el espectador desde el primer momento en que los vemos. Desde los clichés habremos llegado, finalmente, a una composición narrativa y de caracteres en la que todos los tópicos y convenciones habrán quedado diluidos y abolidos.
Ciaron Davies da vida en Infinite Summer al Dr. Mindfulnes
Hay que destacar dos de las virtudes fundamentales de Infinite Summer que son las que hacen posible la consistencia y solidez de la película. En primer lugar, la labor de todo el reparto que bien intentando servir al cliché inicial de película de terror bien huyendo de las caracterizaciones convencionales del género cumplen con absolutas eficacia y brillantez en sus cometidos interpretativos. Si el trío protagonista (Teele-Kaljuvee O'Brock, Johanna Rosin y Hannah Gross) más Sissi Nylia Benita y Anna Paluver se ajustan con depurada perfección a unos caracteres que se amoldan a los cánones del género y a los rasgos previsibles de sus personajes, Ciaron Davies, Ivo Uukkivi, Steve Vanoni y Katarina Unt logran ejercer con virtuosismo su rol de choque y contraste, consiguiendo plasmar el conjunto de actores la intención del director de jugar con el sometimiento y la desobediencia simultáneos a los tópicos y clichés. En segundo lugar, Miguel Llansó logra mantener a lo largo de todo el metraje el tono exacto con el que ubicar al espectador en una situación incierta e indeterminada entre la realidad y la fantasía, entre la fábula y la sátira, entre la ciencia-ficción y el retrofuturismo, que le obliga a estar permanentemente atento a los contundentes giros de la trama y a los sutiles detalles que van jalonando el desarrollo del argumento. Las virtudes del film han hecho posible que ya haya sido seleccionado para el Fantasia International Film Festival de Montreal, el Future Gate Festival de la República Checa, el Sidney Science Fiction Film Festival, el Festival de Cine Octopus de Gdansk y el Festival Internacional de Cine de Helsinki y que tengamos la oportunidad de verla el próximo 4 de octubre en la 57ª edición del Frestival de Sitges, una de las grandes referencias fundamentales del fantastique a nivel mundial.
Steve Vanoni y Katariina Unt forman la peculiar pareja de detectives de Infinite Summer
Infinite Summer es una muestra más de lo que hemos expuesto en los artículos de estos días en los que hemos remarcado cómo la cultura española tiene una amplísima lista de exponentes creativos que han indagado en los difusos límites existentes entre la "realidad" y sus "dimensiones alternativas". Infinite Summer, siguiendo la estela de Crumbs y Jesus Shows You the Way to the Highway es una muestra más de ello y, aunque Miguel Llansó ha realizado sus películas fuera de nuestras fronteras, al igual que sucedió con Luis Buñuel y Jesús Franco, sigue cultivando esa línea temática que es uno de los rasgos esenciales (tal vez oculto o, cuando menos, insuficientemente subrayado) de nuestra idiosincrasia cultural. Si quieren profundizar en el contenido de la película, pueden acceder al episodio del canal de podcasts de nuestra revista pinchando en el siguiente enlace en el que pueden escuchar una amplia conversación de más de una hora con el director del film, en la cual nos revela muchos detalles del trasfondo del mismo y algunas de sus claves más significativas:
Enlace al podcast con la conversación con el director Miguel Llansó
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