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"FILOSOFÍA ESPAÑOLA DE LOS SIGLOS XX Y XXI. DEL PENSAR HISPÁNICO" DE AGAPITO MAESTRE: RECAPITULACIÓN, DEPURACIÓN Y PERFECCIONAMIENTO
Publicado por
José Manuel Cruz Barragán
el
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El título del último libro de Agapito Maestre, publicado por Editorial Almuzara, podría inducir a un error inevitable: Filosofía española de los siglos XX y XXI. Del pensar hispánico. Podríamos pensar que se trataría de un sesudo manual con un denso despliegue de autores, ideas y sistemas de pensamiento, la típica obra académica que solo se puede lidiar con paciencia y mucha determinación. Sin embargo, nada más alejado de la verdad. La obra es un prodigioso ejemplo de amenidad y agilidad narrativa que nos va mostrando con rigor pero sin pedanterías innecesarias un amplio elenco de pensadores que, a pesar de su relevancia y significación, han caído en un relativo olvido para el gran público. Evidentemente, todos sabemos (unos más, otros menos) quiénes son Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset, María Zambrano, Julián Marías, Octavio Paz o Gabriel Albiac. Sin embargo, autores como Segundo Serrano Poncela, Rafael Dieste, Manuel García Morente, José Gaos, José Manuel Gallegos Rocafull, Luis Villoro, Joaquín Xirau, José de la Colina, Juan Nuño, Juan David García Bacca, Alejandro Rossi, Manuel Granell, Paulino Garagorri, Alfonso Reyes, Nicolás Gómez Dávila, Gabriel Zaid, Ignacio Gómez de Liaño o Alfredo Arias, entre otros, no cuentan con ese mismo nivel de conocimiento a nivel general. Más sorprendente aún es que el autor incluya en la relación a escritores como Juan Ramón Jiménez, Manuel Machado, Ramón Gómez de la Serna, Manuel Altolaguirre, Jorge Luis Borges, Aquilino Duque o Fernando Sánchez Dragó, quienes, en principio, no se nos ocurriría incluir en una lista de filósofos hispánicos relevantes desde 1900. Pero es que ello, por sí mismo, ya es el sostén fundamental de una de las tesis que Agapito Maestre defiende a lo largo del libro: que filosofía y literatura están indisolublemente unidas en el devenir del pensamiento hispánico, del pensamiento en español, del pensamiento que se desarrolla a ambas orillas del Océano Atlántico. "Solo se puede pensar bien si se escribe bien", nos dice el autor. Y, si se escribe bien, se pueden alcanzar pensamientos elevados y significativos. Esa es una de las claves de la filosofía hispánica, de la filosofía en español, del pensamiento que se ha desarrollado en España y en los diferentes países hispanoamericanos.
Miguel de Unamuno es uno de los autores que, claro está, aparece en el último libro de Agapito Maestre, Filosofía española de los siglos XX y XXI. Del pensar hispánico (imagen creada con Midjourney)
A lo que acabamos de referirnos, a la relación entre el "bien pensar" y el "bien escribir", es una de las claves del pensamiento hispánico que Agapito Maestre expone en su obra pero, con el despliegue de autores e ideas, vamos conociendo muchas claves más que nos sirven para comprender que, frente a diversas opiniones en relación al tema, no es solo que exista una filosofía española, una filosofía hispánica, una filosofía en español, sino que la misma supone una alternativa clara y evidente frente a otras opciones filosóficas, por ejemplo la alemana, que se inclinan preferentemente por la creación de sistemas cerrados que asumen haber llegado a los últimos rincones de la verdad. La filosofía española, por el contrario, se vendría a asentar más bien en el concepto de "conversación filosófica continua", en un razonamiento permanente que se acerca a la verdad mediante aproximaciones sucesivas y nunca definitivas. Frente a la lapidaria frase de Hegel, mencionada en el libro, de que "todo lo real es racional y todo lo racional es real", la filosofía hispánica se adentra en matices, contempla la realidad desde numerosas perspectivas y, sobre todo, acaba impregnada siempre del sentimiento, del afecto y de la emoción por la vida. Nunca dialoga con el lector desde un pedestal elevado y grandilocuente sino mirándole a los ojos e intentando no perder nunca de vista la calidez que el mundo puede llegar a desprender. Agapito Maestre, quien, previamente a esta obra, fue autor de Ortega y Gasset. El gran maestro y Marcelino Menéndez Pelayo. El gran heterodoxo, demuestra ser el cicerone perfecto para este viaje por el último siglo y cuarto de pensamiento español, un pensamiento en en que el trauma del exilio (el de los dos exilios, el de 1936 y el de 1939, tal como se explica en la obra) ocupa un lugar central y decisivo, exilios que, por un lado, marcaron el devenir del pensamiento de muchos autores y, por otro, terminaron posibilitando el mutuo enriquecimiento de los pensamientos español e hispanoamericano.
Los cafés fueron un lugar fundamental de intercambio cultural en la España del primer tercio del siglo XX, lugares privilegiados para la conversación continua y fructífera (imágenes creadas con Midjourney)
Agapito Maestre, sutilmente, a lo largo de este viaje, va desplegando una relación de autores que van conformando un canon del pensamiento hispánico genuino y va trazando un amplio fresco de la visión filosófica singular y particular que se desprende de ese canon. Si otra de las ideas que se convierte en hilo conductor de la obra es que los discípulos deben intentar siempre superar el legado de sus maestros (significativamente, en la portada del libro, bajo su subtítulo, aparece la frase: Maestros, discípulos y traidores. Ortega, Zambrano, Gaos, Borges, D'Ors, García Morente...), si reunimos las piezas es muy difícil no llegar a una intuición nítida y precisa: el programa filosófico que sugeriría implícitamente Agapito Maestre es el de captar las esencias de nuestra filosofía y, desde las mismas, avanzar haciendo progresar y desarrollar ese pensamiento, en vez de darle la espalda (en vez de "traicionarlo") como, en gran medida, se ha hecho en nuestras universidades y desde las escuelas y corrientes de pensamiento que han pasado a ser las "oficiales" (el caso de Aranguren con la filosofía de D'Ors sería algo más que una anécdota para ser categoría de cómo se ha hecho pensamiento y filosofía en España en el último medio siglo). Menospreciar y enterrar ese legado no es solo perder una parte esencial de nuestra cultura sino también desperdiciar una posibilidad de pensamiento que podría ser una clara alternativa a unas "posmodernidades" galas y anglosajonas que, cada vez con más fuerza, solo podemos contemplar como callejones sin salida que solo llevan a la parálisis y la esterilidad. Lo mejor del pensamiento hispánico de los siglos XX y XXI enlaza con nuestra gran filosofía de los siglos XVI y XVII y, con ello, estamos trazando un corpus filosófico tan amplio como minusvalorado que encierra ideas que fueron fundamentales en el devenir de la modernidad y que aún pueden proporcionar vías de desarrollo fructíferas y sugestivas. En ese sentido, Filosofía española de los siglos XX y XXI. Del pensar hispánico no sería, como muchos pensarán, un compendio arqueológico de ideas ya periclitadas sino, bien al contrario, un posible punto de partida para, conectando con lo mejor de nuestro pensamiento, lograr propuestas y planteamientos que tengan niveles superiores a los alcanzados por los maestros que aquí se relacionan y que, además, estén acordes a nuestra idiosincrasia y nuestra forma de entender la vida. Se trataría, en suma, de conocer el pasado filosófico para vislumbrar y hacer posible el esplendor intelectual del futuro. Algo que, imperiosamente, vamos necesitando con urgencia.
En el siguiente enlace, pueden acceder al canal de podcasts de la revista y escuchar la amplia conversación que hemos tenido con Agapito Maestre, en la que profundizamos en el contenido de su libro.
CONVERSACIÓN CON AGAPITO MAESTRE
En el dibujo superior, recreación de la portada de Filosofía española de los siglos XX y XXI. Del pensar hispánico de Agapito Maestre
Comentarios
Todos mis respetos para ese gran pensador y escritor que es Agapito Maestre, compendio de cultura. Decía Antonio Machado que detrás de todo gran poeta siempre hay una metafísica. Extiendo la categoría de poeta al concepto de escritor. Creo que es una buena frase que enlaza con el contenido de esta entrada. Y apoyo, sin duda, esta afirmación contenida en la misma: "La filosofía hispánica se adentra en matices, contempla la realidad desde numerosas perspectivas y, sobre todo, acaba impregnada siempre del sentimiento, del afecto y de la emoción por la vida. Nunca dialoga con el lector desde un pedestal elevado y grandilocuente, sino mirándole a los ojos....". No puedo estar más de acuerdo.
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