CRÓNICAS SELECTIVAS DEL 28º FESTIVAL DE CINE DE MÁLAGA 2025 (1): TENSIONES SOCIALES Y REDENCIONES PERSONALES
Desde el 14 de marzo de 2025 hasta el 23 de marzo se va a celebrar el 28º Festival de Cine de Málaga, un certamen que ha sufrido una importante transformación ya no desde su primera edición sino desde la primera vez que lo cubrí allá por el año 2012. En ese año, la denominación era de "Festival de Málaga - Cine español". Posteriormente, se modificó a "Festival de Málaga - Cine en español" para dedicar amplio espacio al cine iberoamericano. Después, quedó simplemente como "Festival de Málaga" y comenzó a incluir tímidamente títulos internacionales. Pero el gran cambio de ha producido en su dimensión. Si hace trece años, era un evento fácilmente abarcable, en pocos años hemos pasado a una situación en que hay 22 títulos en la Sección Oficial, 18 en la Sección Oficial Fuera de Concurso, 8 en la Sección Zonazine (similar a "Un certain regard" de Cannes o "Zabaltegi" de San Sebastián), 8 en la Sección Mosaico: Panorama internacional, 18 largos y 18 cortos en la Sección Documentales, 40 en la Sección Documentales - Sesiones Especiales..., hasta sumar 260 títulos en total que son señal contundente de la saturación que vive la oferta audiovisual actual. Por ello, resulta materialmente imposible transmitir una idea global de todas las producciones seleccionadas y, para ser honestos, hay que reconocer que solo podemos hablar de las películas que hemos sido capaces de ver. Por eso, este año llamo a mi cobertura "Crónicas selectivas", porque cualquier impresión que transmita va a tener que ser forzosamente parcial y fragmentada. Esa es, ni más ni menos, la realidad del cine y la televisión de nuestros días: es imposible ver todo, llegar a todo y llegar a tener una imagen mínimamente completa de todo lo que llega a ser filmado.
Viernes, 14 de marzo de 2025
La deuda de Daniel Guzmán
Arriba, cartel y fotograma de La deuda de Daniel Guzmán
Tras obtener la Biznaga de Oro en Málaga y un notable éxito de crítica y público en 2015 con A cambio de nada y sorprender con un giro complicado de explicar con Canallas (2022), Daniel Guzmán inaugura la Sección Oficial y todo el certamen con su nueva película como director, La deuda. Esta película conecta mucho más con su primer film qu con Canallas y casi podríamos decir que se trataría de una continuación espiritual (que no argumental de aquella). Como en A cambio de nada, el protagonista (aunque es un adulto maduro y no un chico joven como el Miguel Herrán de su opera prima) también se halla emocionalmente vinculado a una señora mayor que lo cuidó y lo protegió en sus malos momentos en la adolescencia. La anciana (interpretada por la veterana debutante, de más de 80 años, Rosario García) está atravesando graves problemas económicos y de salud, lo cual llevará al personaje interpretado por Daniel Guzmán a adoptar decisiones al margen de la ley para poder darles solución, conllevando sus acciones consecuencias inesperadas lo cual le obligará a realizar difíciles reflexiones morales
En la rueda de prensa posterior a la proyección de La deuda, estuvo su director y protagonista Daniel Guzmán junto a Luis Tosar, Itziar Ituño, Susana Abaitua y la veterana debutante Rosario García
En el primer tramo de la película, Daniel Guzmán demuestra una voluntad de estilo que no habíamos percibido en sus dos primeros films y recurre a una sobriedad expresiva y una economía narrativa que podría remitir a El dinero (1983) de Robert Bresson o al cine de los hermanos Dardenne. En esa primera mitad de la historia, el largometraje brilla a gran nivel y consigue una gran intensidad emocional y dramática con un máximo grado de contención. El propio título es una muestra de esta estrategia narrativa en la medida en que tiene una interpretación polisémica (es la deuda de la anciana con el banco, la deuda moral del protagonista con la anciana, la deuda de este con la familia a la que ha causado un daño involuntario e inesperado, su deuda también con quienes lo han contratado) como también lo es su seco e impactante desenlace, resuelto con un gran plano general. A partir de un determinado momento, no obstante, la narración va adoptando un aire de thriller que, aunque aporta dosis de suspense y supongo que mejora la comercialidad de la película, no ayuda a consolidar su acabado final. Teniendo en cuenta que la historia aborda numerosos temas (el declive físico de la vejez, los sentimientos de gratitud y de culpa, la gentrificación de los centros históricos de las grandes ciudades, la indefensión de los ciudadanos frente a los grandes poderes -la policía, el sistema financiero...-, la necesidad del perdón y la redención...), los cambios de tono y de textura narrativa tensionan en exceso la película y esta acaba perdiendo inevitablemente fuerza e intensidad. Por tanto, La deuda es una película correcta, sobresaliente en algunos momentos, aunque su resultado final podría haber sido mejor del finalmente alcanzado.
La buena letra de Celia Rico Clavellino
Arriba, cartel y fotograma de La buena letra de Celia Rico Clavellino
"La buena letra es el disfraz de las mentiras". Con esta cita de Rafael Chirbes, una de cuyas novelas adapta esta película, se abre el film, tercer título de la sevillana Celia Rico Clavellino tras Viaje al cuarto de una madre (2018) y Los pequeños amores (2024). Su primera película tuvo la gran virtud de saber desarrollar con gran inteligencia una trama profunda en la que pugnaban los sentimientos de sus protagonistas por debajo de lo que era su trama meramente superficial. Su segunda película, también centrada en una relación entre una hija y su madre, no brilló al mismo nivel y acabo siendo algo más convencional y un poco menos rica psicológica y dramáticamente que su opera prima. Ahora, en La buena letra, una historia que transcurre en los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil en un pueblo del Levante, vuelve al espíritu narrativo que guió su opera prima y, por debajo de lo que vemos en la superficie, laten toda una serie de sentimientos y circunstancias complejos e inconfesables. Con un cuarteto protagonista (Loreto Mauleón, Roger Casamajor, Enric Auquer y Ana Rujas) que brilla a un excelente nivel, ciertos desajustes narrativos provenientes básicamente del guion (posiblemente porque la adaptación de la novela original han implicado cambios que han desequilibrado la estructura argumental) impiden que se cumplan los propósitos de la directora. La película merece ser vista por las interpretaciones de su reparto pero, como en el caso de La deuda, su resultado queda por debajo de lo que encerraba el potencial original de su propuesta.
Sorda de Eva Libertad
Sábado, 15 de marzo de 2025
Jone, batzuetan (Jone, a veces) de Sara Fantova
Arriba, dos imágenes de Jone, Batzuetan de Sara Fantova
Tras participar en la película colectiva La filla d'algú (2019), que ya pasó con éxito por el Festival de Málaga, y rodar tres episodios de la serie Aixó no és Suécia (2023), la bilbaína Sara Fantova presenta ahora su opera prima, Jone, Batzuetan (Jone a veces), una película coming of age protagonizada por la joven actriz Olaia Aguayo, que interpreta a una chica que, durante la Semana Grande de Bilbao, tiene que vivir la enfermedad de Parkinson que sufre su padre (Josean Bengoetxea) y, al mismo tiempo, conoce a otra chica, mayor que ella (Ainhoa Artexe), con la que vivirá una historia de altibajos sentimentales. La película está excelentemente filmada y, sobre todo, destacan las imágenes callejeras rodadas durante la Aste Nagusia, plenas de vivacidad y dinamismo así como las que muestran la evolución de la relación entre las dos chicas y las que narran el desarrollo de la dinámica familiar, la de la protagonista, su padre y su hermana pequeña (Elorri Arrizabalaga). No obstante, muchas veces tenemos la sensación de que se trata de una historia ya contada previamente y de que, a fin de cuentas, cada generación relata desde su perspectiva el paso desde la adolescencia a los primeros esbozos de madurez. Pienso, por ejemplo, en uno de los fragmentos de Nueve vidas (2005) de Rodrigo García, el interpretado por Amanda Seyfried e Ian McShane, en el que también una hija se debatía entre sus deseos de ir a la universidad y la necesidad de atender a su padre enfermo.
Imagen de la rueda de prensa del equipo de Jone, Batzuetan
Como curiosidad, que una revista cultural como La dimensión súbita no podía dejar de pasar, debo mencionar que, casi al final de la película, una psicóloga habla de "hallar los motivos por los que merece la pena vivir". Ello me recordó una frase de un escritor y filósofo español, que una vez dijo: "Del seno mismo del problema social resuelto (¿se resolverá alguna vez?) surgirá el religioso: ¿La vida merece la pena de ser vivida?". La frase es de Miguel de Unamuno, quien, sorprendentemente, también nació en Bilbao. ¿Casualidad o causalidad?
Tierra de nadie de Albert Pintó
Arriba, cartel y fotograma de Tierra de nadie de Albert Pintó
Ver Tierra de nadie supuso dar un giro radical a todo lo que habíamos visto hasta ese momento. Esta película de Albert Pintó se trata de un thriller de acción en el que Luis Zahera (policía), Karra Elejalde (narcotraficante) y Jesús Carroza (depositario de bienes incautados por la policía), siendo amigos, se mueven en tres bandos diferentes en la lucha de las fuerzas de seguridad contra el contrabando de drogas en el entorno del Estrecho de Gibraltar. La entrada de un clan de narcotraficantes mexicanos romperá el equilibrio de la zona y significará el comienzo de una lucha que pondrá a prueba la amistad de los tres protagonistas del film. En este sentido, Tierra de nadie no solo se refiere a la situación de un territorio sin dueño en el que se libra una cruenta batalla por su control, sino también a la situación vital y emocional de los personajes, que se encuentran descolocados ante una realidad que ha cambiado profundamente y que les supera.
Rueda de prensa del equipo de Tierra de nadie en el Festival de Málaga
Tierra de nadie es un film rodado con buen pulso que no corre ningún riesgo y que, en consecuencia, se atiene de manera fiel y ortodoxa a los cánones del género. Ello junto a las excelentes interpretaciones del trío protagonista y del resto del reparto (Vicente Romero, Emilio Palacios, Tamara Casellas, Paula Díaz, Mona Martínez, Damián Alcázar...) hacen que, aunque no sea una película que proporcione grandes sorpresas, se deja ver con agrado y mantiene atrapada la atención del espectador durante todo su metraje.
Santiago Sierra: El dedo en la llaga de Enrique Palacio
Arriba, cartel y fotograma de Santiago Sierra: El dedo en la llaga de Enrique Palacio
En la sección Documentales - Pases especiales, se ha podido ver el documental de Enrique Palacio Santiago Sierra: El dedo en la llaga, el cual aborda la figura de uno de los artistas conceptuales españoles más importantes de las últimas tres décadas. La película reconstruye con gran precisión la evolución de Santiago Sierra durante esos treinta años, explica el sentido de sus obras y performances y proporciona la visión de otros expertos y colegas sobre la condición de su bagaje y trayectoria. Uno de los valores que posee el documental es que logra recoger gran parte de las creaciones de Santiago Sierra a lo largo del tiempo y, en consecuencia, la película se convierte en una pieza de referencia para empezar a conocer esta obra insuficientemente conocida en nuestro país. Igualmente, recalca la importancia de la galerista y coleccionista Helga de Alvear, recientemente fallecida, en el hecho de la proyección internacional que Santiago Sierra ha llegado a alcanzar. Hemos tenido una conversación con el director de Santiago Sierra: El dedo en la llaga y la hemos subido a nuestro canal de podcasts. En el siguiente enlace, pueden tener acceso a ella:
CONVERSACIÓN CON EL DIRECTOR DEL DOCUMENTAL, ENRIQUE PALACIO
La buena suerte de Gracia Querejeta
Arriba, cartel y fotograma de La buena suerte de Gracia Querejeta
Gracia Querejeta está nuevamente presente en el Festival de Málaga, tras ganar la Biznaga de Oro en 2013 con 15 años y un día en 2013. Ahora lo hace con La buena suerte, adaptación de una novela de Rosa Montero. Aquí, Hugo Silva interpreta a un arquitecto de éxito que abandona Madrid y se marcha a vivir a un modesto piso de un pequeño pueblo de navarro que encuentra por casualidad. A lo largo de la película, a la vez que va desarrollando sus relaciones con sus nuevos vecinos, descubriremos los motivos que le han empujado a tomar una decisión tan radical. Se trata de una película correcta pero que en ningún momento logra levantar el vuelo de manera significativa y se mantiene a lo largo de todo su metraje con una frialdad que hace difícil que el espectador se enganche a ella. La interpretación del protagonista, de Megan Montaner y, sobre todo, de un chispeante y divertido Miguel Rellán se acaban convirtiendo en los principales valores de una película que no deja ninguna huella ni eco especialmente memorable.
Molt lluny (Muy lejos) de Gerard Oms
Arriba, cartel y fotograma de Molt lluny (Muy lejos) de Gerard Oms
Para acabar el sábado, vimos Molt lluny (Muy lejos), una película protagonizada por Mario Casas que es la opera prima de su director, el catalán Gerard Oms. Mario Casas interpreta a un hincha del R.C.D. Espanyol, que, en una visita a Utrecht de su equipo para disputar una eliminatoria de Copa de la UEFA en el año 2008, sufre un ataque de pánico y decide quedarse en Países Bajos y no volver a España. Empieza su vida desde cero, teniendo que aceptar los trabajos peor remunerados y teniendo grandes problemas para encontrar alojamiento. Al principio, parece que la apuesta de la película es la del "antipsicologismo", es decir, que hemos presenciado una acción del personaje pero sin que se indique abierta y explícitamente las motivaciones que le han empujado a tomar su decisión. Pero, al final, sí que aflora la causa de su comportamiento lo cual no ayuda a que mejore nuestra consideración de la película, ya que, en gran medida, pudiéramos llegar a pensar que se trata de una historia que llega varios años tarde. Probablemente, si el film hubiera transcurrido varios años atrás, digamos a finales de los 80 o principios de los 90, la motivación del personaje la hubiéramos aceptado como poseedora de mayor verosimilitud. En la época en la que se ubica el film, nos resulta más difícil alcanzar esa "suspensión de incredulidad" que toda historia debe pretender conseguir. En definitiva, película bien rodada e interpretada (tanto por su protagonista como por un David Verdaguer que encarna a un personaje tan cínico y amoral como divertido) pero que no acaba de convencer del todo.
CODA.- Curiosamente, buena parte de las películas que hemos visto en las dos primeras jornadas del Festival giran en torno a las tensiones y contradicciones sociales existentes y a la necesidad de los personajes de redimirse u obtener algún tipo de perdón. Podríamos pensar que es un signo de los tiempos: en una época llena de tribulaciones, el ser humano, tal vez, solo puede aspirar a disfrutar de un poco de paz consigo mismo y a no tener ninguna cuenta pendiente que le impida vivir con calma y serenidad. El arte y la cultura, obviamente, no puede estar, ni nunca han estado, al margen de la etapa histórica en la cual se desarrollan y cualquier creación se puede convertir en una involuntaria acta notarial de la misma. Las películas del Festival de Málaga que hemos visto hasta ahora, así lo atestiguan.
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