Pues hoy terminan los Juegos Olímpicos de París 2024 y me parece que lo convencional es hacer balance. Hay tantas competiciones que cualquier resumen va a ser forzosamente injusto. Por lo tanto, los 35 nombres que traigo a colación en esta última crónica (25 internacionales y 10 españoles) son una selección absolutamente subjetiva elaborada según las disciplinas que he podido seguir y en función de lo que me ha marcado, me ha impactado o me ha llamado la atención en mayor o menor medida. No aspira a ser una lista exhaustiva o definitiva sino una lista personal de recuerdos que, creo, perdurarán en mi memoria.
DEPORTISTAS INTERNACIONALES
Empezamos con la natación y lo hacemos con uno de los grandes protagonistas de los juegos, el nadador francés Léon Merchand, que ha conseguido cuatro medallas de oro (200 m. braza, 200 m. mariposa, 200 m. estilos y 400 m. estilos) y una de bronce (en los relevos 4 x 100 m. estilos). Al éxito deportivo, se le une el hecho de haber conseguido esos triunfos en su propio país, de modo que Merchand se ha convertido en un ídolo nacional y todo un icono para los franceses. Los logros de Merchand no deberían ensombrecer el éxito del equipo femenino de Estados Unidos de los 4 x 100 m. estilos (formado por Regan Smith, Lilly King, Gretchen Walsh y Torri Huske), que consiguieron el oro en su prueba batiendo el récord del mundo, del nadador chino Pan Zhanle, que logró dos oros, uno en los 100 m. libres (con récord del mundo incluido), y otro participando en el equipo de su país en los 4 x 100 m. estilos, acabando con la tradicional hegemonía estadounidense en la especialidad, de la nadadora estadounidense Katie Ledecky, quien, con sus cuatro medallas, dos de oro en 800 m. libres y 1.500 m. libres, una de plata en 4 x 200 m. libres y una de bronce en 400 m. libres, se convirtió en la deportista norteamericana más laureada en las olimpiadas, en la nadadora con más medallas olímpicas y en la deportista con más medallas de oro junto a la gimnasta soviética Larisa Latynina, de la nadadora canadiense Summer McIntosh, ganadora de cuatro medallas, tres de oro (200 m. mariposa, 200 m. estilos y 400 m. estilos) y una de plata (400 m. libres), y del nadador estadounidense Bobby Finke, ganador de la medalla de oro en los 1.500 m. libres (batiendo el récord del mundo) y de la plata en los 800 m. libres.
Pasando al ciclismo, el belga Remco Evenepoel logró la medalla de oro tanto en la prueba masculina en ruta de contrarreloj como la de fondo en carretera. Tras la durísima y espectacular caída sufrida en el Giro de Lombardía de 2020 (precipitándose por un barranco de casi siete metros) con la consecuencia de una rotura de pelvis, muchos dudaron de su continuidad en el ciclismo. Desde entonces, ha ganado la Vueta Ciclista a España 2022, el Mundial en Ruta 2022, el Mundial Contrarreloj 2023, la Lieja-Bastoña-Lieja de 2022 y 2023 y la Clásica de San Sebastián en 2022 y 2023, sumándose, ahora, este colosal doble triunfo olímpico. Deberíamos incluir en este apartado a su compañero de selección Wout van Aert, quien tuvo un papel decisivo en la victoria de Evenepoel al responder eficazmente en dos ocasiones a los ataques del neerlandés Mathieu van der Poel, confirmando en cierto modo su título de "mejor gregario de la historia del ciclismo". Este doble triunfo de Evenepoel promete muchos grandes éxitos posteriores: es un ciclista joven y su reciente tercer puesto en el Tour de Francia alimenta grandes expectativas respecto a la futura trayectoria de este corredor.
En gimnasia artística, es imposible no nombrar a la gran estrella de esta disciplina, la estadounidense Simone Biles, quien ha conseguido la medalla de oro por equipos, la medalla de oro en el concurso individual, la medalla de oro en salto y la medalla de plata en suelo. Su historia muestra, en última instancia, las contradicciones de un sistema que no duda en aprovecharse hasta más allá de límites admisibles incluso de sus grandes estrellas con el fin de satisfacer metas e intereses absolutamente extradeportivos. Ello ha sido hábilmente reciclado como un problema de "salud mental individual" y todos (incluida ella) han colaborado en consolidar esta versión tan parcial que elude todas las aristas y asperezas implícitas de la cuestión. El talento como gimnasta y la capacidad de superación personal de Simone Biles, con sus cuatro medallas, han quedado claramente demostradas en París 2024. Pero, aparte de ella, hay que mencionar otros nombres que han quedado ensombrecidos por la repercusión mediática de su figura. Debemos mencionar, en primer lugar, al japonés Shinnosuke Oka, que ganó la medalla de oro en el concurso de equipos, en el concurso individual y en el concurso de barra fija, tres medallas que lo convierten en el gran triunfador de la gimnasia artística en categoría masculina. También hay que destacar a la argelina Kaylia Nemour, que, con su ejercicio en barras asimétricas, firmó posiblemente el mejor y más espectacular ejercicio de toda la competición, el cual le valió con todo merecimiento la medalla de oro en dicho aparato. En el caso de la brasileña Rebeca Andrade, su gran problema es haber coincidido generacionalmente con la figura de Simone Biles (algo así como lo que, en ciclismo, le pasó a Poulidor con Anquetil y Merckx y, en ajedrez, a Keres con Botvinnik y Smyslov) porque, en caso contrario, sería, sin duda, la mejor gimnasta del momento (en Tokyo 2020, una dudosísima puntuación en barra de equilibrio le impidió obtener la medalla de oro, que fue a parar finalmente a la norteamericana Sunisa Lee). En París 2024, su excelente papel sirvió para que obtuviera la medalla de bronce en el concurso por equipos, la medalla de plata en el concurso individual, una medalla de plata en salto y una merecidísima medalla de oro en suelo, aplaudida hasta por sus rivales norteamericanas. También las gimnastas italianas brillaron en el concurso femenino consiguiendo la medalla de plata por equipos, logrando, además, una de sus integrantes, Alice D'Amato, la medalla de oro en barra de equilibrio. Han pasado demasiado percibidas las dos medallas de oro conseguidas por el gimnasta filipino Carlos Edriel Yulo en salto y suelo, brillando con una excelente e inesperada actuación en ambos aparatos. Y, finalmente, creo que hay que destacar la figura del gimnasta colombiano Ángel Barajas tras obtener una medalla de plata en barra fija con un estupendo ejercicio, la cual ha significado la primera medalla en gimnasia artística para su país.
En rubgy-7, acabó jugando un papel más que relevante el francés Antoine Dupont. Siendo una de las grandes estrellas del rugby tradicional con su equipo, el Stade Toulousain, y con su selección, este año decidió no jugar con el combinado nacional el Torneo de las Seis Naciones con el fin de participar en los Juegos Olímpicos en la modalidad de rugby-7. Francia llegó en la competición hasta la final, donde se tuvo que enfrentar a Fiyi, equipo campeón olímpico en Tokyo 2020 y una de las grandes potencias de esta disciplina. Dupont entró en el terreno de juego al iniciarse la segunda mitad del encuentro y sus dos intervenciones iniciales bastaron para que la balanza quedara desequilibrada y Francia se llevara la medalla de oro de la especialidad. En pocos momentos de los juegos, un jugador individual ha tenido un rol tan decisivo en la consecución de un éxito para su equipo.
Los concursos de skateboard, modalidad street, tanto en modalidad femenina como masculina, de los juegos han sido dos de los eventos más espectaculares y emocionantes de los juegos. En ambos casos, las medallas de oro han ido para Japón. En categoría femenina, la ganadora fue la jovencísima Coco Yoshizawa, de solo catorce años, que tuvo como rivales a skaters casi tan jóvenes como ella. En categoría masculina, me parece que vimos la competición más intensa de los juegos con unas dosis de suspense apenas superadas por ninguna otras especialidad. Era su último salto y Yuto Horigome figuraba en la séptima posición de los ocho participantes. Un espectacular y sorprendente trick cuando el concurso ya estaba a punto de finalizar dio la vuelta a todo el ranking y Horigome se acabó llevando la presea dorada. Es una lástima que, entre tanto acontecimiento, el skateboard haya pasado prácticamente desapercibido en nuestro país porque ha ofrecido algunos de los mejores y más llamativos momentos de estas olimpiadas.
Finalmente, llegando al deporte rey de los juegos, el atletismo, hay que empezar hablando del atleta sueco Armand Duplantis, que ganó la prueba de salto de pértiga haciendo el récord del mundo con una marca de 6,25 m. La corredora keniana Beatrice Chebet dominó las pruebas de fondo en el estadio, ganando las pruebas de 5.000 m. y 10.000 m. En las pruebas de 100 m. libres, las carreras que siempre atraen más atención del público, venció el estadounidense Noah Lyles en la categoría masculina y la atleta de Santa Lucía Julien Alfred en la femenina. Hubo dos grandes sorpresas en las pruebas de lanzamiento, al ganar dos países que han roto el tradicional dominio europeo en estas especialidades. En jabalina, venció el paquistaní Ashad Nadeen, consiguiendo el récord olímpico con un lanzamiento de 92,97 m. En disco, triunfó Jamaica con Rojé Stona, que también batió el récord olímpico con un lanzamiento de 70 m. Si Jamaica siempre había destacado en las pruebas de velocidad (recordemos al inolvidable Usain Bolt), en esta ocasión ha conseguido el oro en una especialidad muy poco usual para ellos. Finalmente, en la velocidad femenina, hay que destacar los nombres de las estadounidenses Sidney McLaughlin-Levrone, que ha obtenido dos medallas de oro, una con un espectacular triunfo en la carrera de 400 m. vallas (con una marca que también fue récord olímpico) y otra en los relevos de 4 x 400 m, y Gabrielle Thomas, con tres medallas de oro (200 m. y en los relevos 4 x100 m. y 4 x 400 m.)
DEPORTISTAS ESPAÑOLES
España ha acabado en el medallero con 18 preseas, cinco de oro, cuatro de plata y nueve de bronce, terminando en el decimoquinto puesto del ranking de países. Teniendo en cuenta la posición de nuestro país a nivel mundial, las estructuras deportivas existentes, el nivel de gasto en la materia y la importancia que se le da a la "cultura del esfuerzo" en nuestro país, yo creo que poco más se puede pedir, que estamos en el lugar en el que podemos estar. ¿O es que pensamos que, tras cuatro años en los que no se presta ninguna atención a los deportistas que van a participar en unas olimpiadas, las medallas van a caer como por arte de magia? Todo aquel que la ha obtenido se merece nuestro aplauso. Quien ha estado a punto de conseguirla pero no lo ha hecho, también. Y, en el sentido más amplio posible, todos aquellos que han estado preparándose durante un cuatrienio y han logrado participar en los juegos, también deben ser felicitados, porque seguro que han dedicado muchas horas de su vida a hacer su cometido de la mejor manera posible. Solo por eso, hay que convertirlos en ejemplo y referencia.
Los ocho nombres de nuestro país que quiero destacar son, en primer lugar, el de Saúl Craviotto, quien, tras su medalla de bronce en piragüismo, en la modalidad K4 500 m., junto al resto de compañeros de embarcación, Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade, se convirtió en el deportista español con más medallas olímpicas en su haber (seis: dos de oro, dos de plata y dos de bronce). También debo mencionar a Fermín López, jugador de la selección española masculina de fútbol, que tuvo un papel decisivo en todo el torneo para que España se acabara llevando la medalla de oro. Para completar la lista, señalo a Jordan Díaz, ganador de la medalla de oro en la prueba de triple salto, Álvaro Martín y María Pérez, ganadores entre ambos de tres medallas en las pruebas de marcha, a Cristina Bucsa y Sara Sorribes, ganadoras de la medalla de bronce en el torneo femenino de dobles de tenis, al equipo español femenino de natación artística y al equipo español femenino de waterpolo, al púgil Ayoub Ghadfa, en nombre de todos los boxeadores que han acudido en representación de España a París 2024 y al judoka Fran Garrigós, quien obtuvo la primera medalla para España en estos juegos y alivió toda la presión que podían haber sentido muchos de los deportistas de nuestro país que participaron en esos primeros días de olimpiadas. Y, para terminar, a nuestra jugadora de bádminton Carolina Marín: sus lágrimas tras sufrir una lesión de rodilla en el partido de semifinales del torneo cuando iba por delante en el marcador y podía asegurarse una medalla representa ese filo de la navaja en la que todos los deportistas se mueven, esa delgada línea que separa el triunfo de la derrota, esa posibilidad de que cuatro años de esfuerzo y preparación se vean frustrados por una contingencia inesperada e imprevisible. Esa es la grandeza y el drama que encierra toda actividad deportiva.
Por último, una observación sobre el tirador turco Yusuf Dikec, que obtuvo medalla de plata en la modalidad de "Pistola 10 m. mixto". Su gesto de tener la mano izquierda en el bolsillo se interpretó como, más o menos, un gesto de chulería o autosuficiencia. Mi hipótesis de trabajo, no obstante, es que ello se trata de una técnica de disparo destinada a no desequilibrar el cuerpo con un movimiento involuntario del brazo que está libre, técnica qu está relacionada con el hecho de que él fue suboficial de la Gendarmería turca. ¿En qué me baso? Vean esta escena de la película Sin móvil aparente (1971) de Philippe Labro. En ella, Jean-Louis Tringtignat interpreta a un comisario de policía. Fíjense en lo que hace al realizar un disparo: llevarse, precisamente, la mano izquierda al bolsillo del pantalón.
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