"MACKIE MESSER", "MACK THE KNIFE", "PEDRO NAVAJA": HISTORIA DE UNA CANCIÓN VIAJERA

 A la izqda., rótulo sobre Kurt Weill en la exposición "Tiempos inciertos: Alemania entre guerras" en el Espacio CaixaForum de Madrid. A la dcha., imagen creada con Midjourney

 

El 31 de agosto de 1928, en el Theater am Schiffbauerdamm de Berlín, se estrenó la obra teatral Die Dreigroschenoper (cuyo título al español se ha traducido como La ópera de los tres centavos, La opera de los tres peniques, La opera de cuatro cuartos o La opera de perra gorda) escrita por Bertolt Brecht y que incluía canciones cuya música fue compuesta por Kurt Weill. Una de esas canciones, Die Moritat von Mackie Messer (La balada de Mac el Navaja), que era interpretada en el prólogo de la obra –que estaba dividida en dicho prólogo y tres actos–, fue alcanzando creciente popularidad hasta adquirir entidad propia, de tal modo que muchos conocen el tema sin saber cuál es su procedencia original. En la exposición Tiempos inciertos: Alemania entre guerras, que se está celebrando en el Espacio CaixaForum de Madrid, y a la que hemos dedicado en la revista un reciente artículo, en el apartado dedicado a la música de la época, además de la escuela dodecafónica de Arnold Schönberg, la popularidad alcanzada por la música de Richard Wagner, la canción Das lila Lied de Kurt Schwabach y Mischa Spolianski, el cabaret berlinés (representado por la canción Meine Schwester liebt den Buster, compuesta por Friedrich Hollaender) y la influencia del jazz estadounidense, cita a Kurt Weill y, concretamente a Die Moritat von Mackie Messer, como uno de los hitos fundamentales de dicho momento histórico. Efectivamente, la colaboración entre Brecht y Weill dio lugar a obras fundamentales no solo del teatro alemán sino también de la historia de todo el teatro contemporáneo mundial y, por ello, no es de extrañar que una de las piezas incluidas en una de esas obras haya logrado lo que, en el fondo, cualquier compositor anhela y ansía: que su canción, despojada del contexto y del tiempo en que nació, circule por épocas, lugares e intérpretes y se convierta en un himno universal casi anónimo. Y ello porque, con independencia de las intenciones concretas con que fue creada La ópera de cuatro cuartos (la denuncia de la similitud entre los métodos del Estado y los del hampa), La balada de Mac el Navaja retrata a un tipo fácilmente conocido e identificable en cualquier lugar y momento (el hampón chulo, canalla, elegante, seductor y pendenciero que impone su ley en los bajos fondos) y lo hace con una música tan juguetona como cabaretera, tan pegadiza como fanfarrona. Debemos mencionar que, a su vez, el personaje de Mackie Messer está inspirado en el de MacHeath, el cual aparece en la obra musical de 1728 The Beggar's Opera (La ópera del vagabundo) de John Gay. Es decir, vamos a hacer, en última instancia, un viaje que empezó en el siglo XVIII y que nos llevará hasta el mismo siglo XXI.


Arriba, cuatro imágenes creadas con Midjourney


Ha habido multitud de versiones y recreaciones de la canción. Vamos a empezar por las que corresponden a tal como fue creada para la obra teatral de la que forma parte. El primer vídeo recoge la interpretación de la actriz y cantante Lotte Lenya, quien fuera esposa de Kurt Weill y participara en el estreno de la pieza teatral (el gran público reconocerá a Lotte Lenya por su papel el film del agente 007 Desde Rusia con amor –1963– de Terence Young, interpretando a la malvada coronel Rosa Klebb, sicaria de SPECTRE). El segundo muestra la interpretación de una cantante Ute Lemper, posiblemente la más importante intérprete en nuestros días del género del cabaret y del music-hall.



 

El tercer vídeo muestra la versión que significó un avance importantísimo en la autonomía de la canción respecto a la obra teatral original, su salto desde Alemania a Estados Unidos y su paso clave al mundo del jazz y todo ello vino de la mano del gran e irrepetible Louis Armstrong.


 

Las siguientes dos versiones significaron su paso a la esfera de la música pop y al repertorio de los crooners, siendo la de Bobby Darin la que abrió el fuego en dicho sentido. La siguiente versión es la de Dean Martin, que no dejó pasar la oportunidad de aprovechar el tirón que la canción alcanzó entre el público al comprobar que se adaptaba perfectamente a sus aptitudes vocales y a su estilo y personalidad.





El siguiente vídeo refleja cómo el tema pasó a formar parte del mundo de la salsa. Pedro Navaja de Rubén Blades no es exactamente una versión de Mackie Messer o Mack the Knife pero está claramente inspirada en la canción de Kurt Weill como pueden comprobar si la escuchan y la comparan con la original.


 

Pedro Navaja de Rubén Blades tuvo dos versiones muy conocidas en España. La primera, fue de la Orquesta Platería, que ayudó a que la canción fuera conocida en nuestro país, y la segunda de Gato Pérez, que fue quien la convirtió en verdaderamente popular entre el público español.

 

 


Habiendo llegado a España, no podemos dejar de mencionar al personaje de cómic Makinavaja creado por Ivá para la revista El Jueves y que se inspiró, al menos en el nombre, en el protagonista de la canción de la que estamos hablando en nuestro artículo de hoy. El cómic fue llevado al cine en dos ocasiones, Makinavaja, el último choriso (1992) y ¡¡Semos peligrosos!! (uséase Makinavaja 2), en las que el personaje fue interpretado por Andrés Pajares. Ambos films fueron dirigidos por Carlos Suárez, quien también se encargó de la serie de televisión que continuó la saga cinematográfica y en la que el papel de Makinavaja fue asumido por Pepe Rubianes. La canción que fue el tema principal de las películas y de la serie fue interpretada por el grupo Suburbano.
 

 

La siguiente versión, con la que terminamos, apareció en la película Un profeta (2009) de Jacques Audiard y es interpretada por el cantante Jimmie Dale Gilmore. La interpretación se ajusta perfectamente a los gustos modernos y casi podemos decir que, con su ritmo y su cadencia, tiende a deconstruir el tema. Creo que es un buen modo de terminar ya que demuestra que aún no se han descubierto todas las formas de ejecutar una canción que parece no admitir ya nuevos descubrimientos. La versión de Jimmie Dale Gilmore nos sirve para constatar que ello no es así y que, muy probablemente, en el futuro inmediato, habrá quien interprete el tema de Bertolt Brech y Kurt Weill y nos la hará parecer completamente nueva y renovada.





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