CINE-CLUB: "EL ECLIPSE" (1962) DE MICHELANGELO ANTONIONI Y "EL OTRO SR. KLEIN" (1976) DE JOSEPH LOSEY. HOMENAJE A ALAIN DELON
Hoy, 18 de agosto de 2024, se ha producido otro triste fallecimiento de un actor emblemático de una época, de un estilo y de una actitud que, muy posiblemente, ya sean solo historia del pasado: el francés Alain Delon (1935-2024). Alain Delon podía haber circunscrito sus papeles a los de perfil de galán atractivo que va encadenando comedias y dramas románticos y films de aventuras sin excesivas ambiciones artísticas. Con eso, podía haberse ganado perfectamente la vida como actor. Y, no se puede negar, muchos de sus trabajos se podían acomodar a ese patrón. Pero, revisando su filmografía completa, nos sorprendemos el peso que tienen los títulos, prácticamente desde los mismos comienzos de su carrera, en los que la ambición creativa no solo está presente sino que constituye el vector fundamental de los mismos. Solo basta mencionar Rocco y sus hermanos (1960) y El gatopardo (1963) de Luchino Visconti, A pleno sol (1960) y ¿Arde París? (1966) de René Clément, El eclipse (1962) de Michelangelo Antonioni, El silencio de un hombre (1967), Círculo rojo (1970) y Crónica negra (1972) de Jean Pierre-Melville, Historias extraordinarias (1968) de Federico Fellini, Louis Malle y Roger Vadim, La piscina (1969) y Borsalino (1970) de Jacques Deray, El asesinato de Trotsky (1972) y El otro señor Klein (1976) de Joseph Losey, La primera noche de la quietud (1972) de Valerio Zurlini, El amor de Swann (1984) de Volker Schlöndorff, Nueva ola (1990) de Jean-Luc Godard o Las cien y una noches (1995) de Agnès Varda para resumir una trayectoria llena tanto de títulos magistrales como impregnada en su totalidad de la intención de alejarse de cauces trillados y convencionales.
Los dos títulos que enlazamos en nuestro homenaje al actor se caracterizan por explorar esa faceta del intérprete que va más allá de las posibilidades obvias para indagar en el lado ambiguo y desasosegante que toda belleza y atractivo pueden encerrar. En un título mítico como El eclipse de Michelangelo Antonioni, interpreta a un agente de bolsa cínico y amoral con el que la protagonista, Monica Vitti, tendrá una relación tan incierta como precaria (siendo Paco Rabal el tercer vértice de este evanescente triángulo). Su inesperada y poco convencional secuencia final es el broche perfecto a una trama en la que todo parece tan banal como irrelevante, tan falso como a punto de colapsar en cualquier momento fruto de su intrascendencia. En El otro señor Klein, que transcurre en Francia en el momento de la ocupación alemana, Delon da vida a un personaje amoral que vive de forma próspera y perfectamente acomodada a dicha situación hasta que sale a la luz pública la identidad de un activista judío que tiene el mismo nombre que él (Robert Klein). Ello le irá colocando en una encrucijada crecientemente comprometida hasta llegar a un sorprendente desenlace que nos hará reflexionar sobre la delgada línea que separa tanto lo personal de lo público como lo individual de lo político. Ambos papeles huyen del perfil más fácil y asequible y profundizan en facetas ásperas e incómodas que permiten acreditar a Alain Delon como uno de los grandes actores de la historia del cine europeo y, por ende, de toda la historia del cine, que, huyendo siempre de lo rutinario y adocenado, supo o pudo recorrer caminos que engrandecieron su figura como intérprete. Descanse en paz.
EL ECLIPSE (1962) DE MICHELANGELO ANTONIONI
EL OTRO SR. KLEIN (1969) DE JOSEPH LOSEY
Comentarios
Publicar un comentario