CRÓNICAS OLÍMPICAS PARÍS 2024. DÍA -1: "TIEMPO" EN SAINT-DENIS, "PODEROSA AFRODITA" EN BERCY Y "EL PARTIDO DE SUS VIDAS" EN NANTES


En esta jornada -1 de los Juegos Olímpicos de París 2024 (es decir, un día antes de la ceremonia de apertura), hemos podido ver tres películas diferentes en los distintos eventos deportivos que hoy se han celebrado. En gran medida, el hecho de que el espectáculo deportivo sea un fenómeno de masas se relaciona con el hecho de que, detrás de toda contienda, siempre existe una narración, un relato, una historia, que, tal vez, pueda acabar siendo leyenda o fábula. Y, en el día de hoy, hemos empezado a ver algo de eso en las competiciones que han tenido lugar.

 

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TIEMPO DE M. NIGHT SHYAMALAN EN EL ESTADIO DE SAINT-DENIS


Arriba, algunas de las imágenes que nos ha proporcionado el torneo olímpico masculino de rugby-7


La película Tiempo (2021) de M. Night Shyamalan gira en torno a una, en principio, idílica y paradisíaca playa en la que los personajes descubren que el tiempo avanza mucho más rápido de como lo hace en la realidad cotidiana. Algo parecido sucede en el torneo de rugby-7 de los Juegos Olímpicos. Formado por tres grupos de cuatro selecciones cada uno, ayer miércoles se jugaron doce partidos, los cuatro primeros de cada grupo, y hoy jueves se han jugado los dos últimos partidos de cada uno de ellos y los cuartos de final. En dos días, ya hemos llegado a las semifinales. Ello es posible por las propias características de este deporte. Cada encuentro tiene dos tiempos con una duración de siete minutos cada uno, entre dos equipos con siete jugadores por bando. El rugby-7 viene a ser algo así como un "rugby portátil" que, desarrollándose en un terreno de juego con las mismas medidas que el rugby tradicional (el "rugby union" tradicional, habría que precisar), es una miniatura de lo que es su hermano mayor, una especie de boceto o esbozo simplificado de lo que es un sistema mucho más complejo y enrevesado pero que, en esencia, encierra todos los rasgos de la realidad completa con dosis adicionales de intensidad y dramatismo.


Arriba, algunos de los momentos vividos en el torneo masculino olímpico de rugby-7 en París 2024

 

Y digo esto porque, en los catorce minutos en los que meramente transcurre un partido de rugby-7, cualquier circunstancia (un ensayo, un fallo, un tiro entre palos que no llega a ser convertido) te lleva a la victoria o a la derrota irremisiblemente. Por encima de la agilidad, el dinamismo y la espectacularidad que este deporte encierra, la misma se trata, en realidad, de una disciplina que no tiene piedad: un error te condena de manera implacable. La realidad es que, después de hoy, ya hay selecciones y deportistas que saben que no van a poder continuar en los juegos porque han sido eliminados (en concreto, en este torneo, los equipos de Kenya, Samoa, Uruguay, Japón, Nueva Zelanda, Argentina, Irlanda y Estados Unidos) y eso antes siquiera de que la ceremonia de apertura se haya celebrado (las semifinales las jugarán el próximo sábado Sudáfrica contra Francia y Fidji contra Australia). ¿Es posible una mayor metáfora de la inexorabilidad de la vida y de la falta de compasión del mundo? Por debajo de su carácter vivo y alegre, el rugby-7 casi podría equipararse al espectáculo de los gladiadores romanos, para los que el pulgar del césar emitía una sentencia inapelable. En este caso, no es el dedo del emperador sino la voluntad y caprichos del calendario y un tiempo acelerado que va dejando a su paso un reguero de expulsados y derrotados a los que los laureles y la gloria les han sido negados demasiado pronto.


Arriba, recreaciones de algunas de las imágenes que han podido ser vistas en el torneo olímpico masculino de rugby-7, celebrado en el Estadio de Francia en Saint-Denis


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PODEROSA AFRODITA DE WOODY ALLEN EN EL PARIS SUD ARENA DE BERCY

En este caso, he escogido como referencia Poderosa Afrodita de Woody Allen no por su argumento sino por su título porque esta mañana, en el recinto del París Sud Arena en el bulevar de Bercy, hemos visto a una "poderosa Afrodita" reencarnada en la figura de la guardamenta de la selección brasileña femenina de balomano, Gabriela Moreschi, que ha tenido una actuación que solo puede ser calificada de portentosa.


Gabriela Moreschi, portera de la selección femenina de balonmano de Brasil


La selección española femenina de balonmano perdió 18-29 ante Brasil en su debut en el torneo olímpico y en el resultado tuvo un papel más que relevante Gabriela Moreschi que, desde el primer minuto del partido, realizó paradas descomunales a prácticamente la mitad de los lanzamientos a portería que fueron realizados por las jugadoras hispanas. Las brasileñas adquirieron una ventaja de 4 goles desde el principio del encuentro y, a pesar de que los acciones ofensivas de la selección española fueron continuas y, además, bien conducidas, las brillantes e increíbles intervenciones de la guardameta rival terminaron descomponiendo a nuestro equipo que acabó desconcertado y desmoralizado ante la inoperancia de sus ataques. La actuación de Gabriela Moreschi, su conversión inesperada en heroína decisiva que conduce a su equipo a la victoria, viene a ser una rectificación de esa creencia en que las tácticas, las estrategias y la mecanización y robotización de los jugadores es la vía fundamental para lograr el éxito deportivo. Al final, el conocimiento analítico sobre cualquier disciplina, cuando se generaliza y cualquier entrenador tiene acceso al mismo, no se convierte en una ventaja para vencer al adversario ya que, a fin de cuentas, ese adversario sabe lo mismo que tú sobre los fundamentos de dicha disciplina. Por tanto, lo que acaba desequilibrando la balanza es lo que podríamos denominar el "factor humano", ese factor de habilidad, inspiración o virtuosismo que no puede ser controlado, manejado ni sistematizado. Aunque, habitualmente, ello nunca deja de ser mencionado en relación a deportes individuales (Jesse Owens en Berlín 1936, Emil Zátopek en Helsinki 1952, Mark Spitz en Munich 1972, Nadia Comaneci en Montreal 1976, Vladiimir Sálnikov en Moscú 1980, Carl Lewis en Los Ángeles 1984, Usain Bolt en Pekín 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016 o Simone Biles en Río de Janeiro 2016), no deja de ser menos cierto en el caso de los deportes colectivos. Incluso, cabe decir que tiene más mérito en el caso de los deportes colectivos porque, en ellos, además de lograr la excelencia en la ejecución, es necesario saber acoplar la actuación individual a la actuación de todo el equipo, lo cual supone lógicamente un esfuerzo adicional. Gabriela Moreschi, en la mañana de este jueves, ha venido a ejemplificar esta realidad y nos ha demostrado que todos los planes y estrategias, muchas veces, son inútiles ante la sorpresiva aparición que, en cualquier momento, puede realizar cualquier ser humano individual. Lo cual, todo hay que decirlo, no es precisamente una verdad menor.


En los dibujos superiores, recreación de algunos de los momentos del partido que la selección española femenina de balonmano jugó contra la de Brasil

 

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EL PARTIDO DE SUS VIDAS DE DAVID ANSPAUGH EN NANTES


En el dibujo superior, recreación del momento en el que la selección española femenina de fútbol escucha el himno nacional antes de su partido contra Japón


David Anspaugh (que ya en 1986 había dirigido Hoosiers: más que ídolos) dirigió en 2002 El partido de sus vidas, el cual narraba la actuación de la selección estadounidense de futbol en el Mundial de 1950 de Brasil. En dicho mundial, Estados Unidos venció por 1-0 a Inglaterra en el segundo partido de su grupo (lo cual constituyó durante mucho tiempo el mayor éxito de la historia del fútbol norteamericano), aunque perdió con España (3-1) y Chile (5-2). Sorprende bastante que los americanos hayan llegado a hacer una película sobre este hecho cuando, al final, su equipo quedó último en su grupo, y que en España, un país con larga tradición futbolística, no se haya realizado una película sobre alguna de las actuaciones de nuestra selección de fútbol en acontecimientos internacionales. Por ejemplo, en ese mismo Mundial de Brasil donde trascurre La película de sus vidas, donde España quedó cuarta, o en el Mundial de 1934, en el que nuestra selección quedó eliminada en cuartos de final ante Italia tras una lamentable actuación arbitral, derivada de la presión ejercida por el régimen de Mussolini para que su selección se coronara campeona mundial, o en los Juegos Olímpicos de Amberes 1920, el debut histórico de nuestro equipo nacional, en el que consiguió la medalla de plata del torneo. Nada de eso se ha realizado. Curiosamente, solo cabe mencionar un documental, realizado por el director onubense Carlos Troncoso, sobre la primera selección española femenina de fútbol, titulado Algo más que una pasión (2014). Para compensar, en vez del cine, tenemos la realidad en vivo de los logros históricos recientes obtenidos por nuestras selecciones.


Arriba, una imagen del partido de la selección española femenina de fútbol contra la de Japón


Este jueves, la selección femenina de fútbol ha debutado en unos juegos olímpicos, algo que nos retrotrae inevitablemente al debut de la masculina en Amberes 2020. En ese debut, hace 104 años, el 28 de agosto de 1920, España venció a Dinamarca por 1-0. La selección española femenina de fútbol también venció en su primer partido olímpico y derrotó al correoso equipo de Japón por 2-1. A mí, personalmente, me gustaría que los éxitos de nuestro país, más allá del terreno deportivo, tengan lugar preferiblemente en los terrenos político, científico, artístico, cultural, económico o empresarial, y que el deporte está claramente sobredimensionado  y sobrevalorado en nuestra sociedad. Pero me gustaría, al menos, que esos éxitos deportivos sirvieran de estímulo para constatar que, cuando nos lo proponemos, no tenemos que ser inferiores a ningún otro país y que podemos alcanzar su nivel con empeño, voluntad y saber hacer. Y que el empeño, voluntad y el saber hacer son imprescindibles para alcanzar determinadas cotas y determinados niveles de excelencia. El caso de la selección femenina de fútbol, más allá de su dimensión deportiva, me gustaría que sirvieran de ejemplo para otras actividades, otros ámbitos y otras disciplinas. Aunque creo que, por desgracia, el deporte, parafraseando lo que dijo aquel, suele ser "el opio del pueblo" y nunca su "adrenalina".


En el dibujo superior, recreación de la celebración de las jugadoras españolas de su primer gol contra Japón





Comentarios

  1. Realmente das otra "dimensión" a cualquier suceso cultural, deportivo... Tenía una cierta prevención ante estos juegos olímpicos, ya que no me gusta demasiado Macron, que inevitablemente representa a Francia, y porque faltan países con gran tradición olímpica, ya que, aunque el deporte y la política no se deberían mezclar nunca, de hecho, no es así. Pero todo esto queda en la trastienda antes tus crónicas, tu conocimiento, tu información.-- Vamos, Jose Manuel, que eres capaz incluso de cambiar actitudes. Enhorabuena por este primera pre-crónica. Voy a seguir, apasionadamente, todas las que la seguirán.

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